Nuestros varoniles y masculinos miembros, y nunca mejor dicho, se conocieron hace años mientras realizaban el Servicio Militar. De ánimo inquieto y a la vez incansable, una vez que formaron parte de nuestro Ejército decidieron llegar a las más altas instancias del mismo, por lo que estuvieron siempre dispuestos a presentarse voluntarios a cualquier cosa que surgiese.
Esto les llevó a participar en las más importantes misiones y alcanzar los

más altos grados y medallas.
Lo único que lamentan de este tiempo es que ya estaban licenciados y no pudieron participar en la última gran gesta de nuestro glorioso ejército: La invasión de Perejil.
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